La adaptación a las relaciones abiertas después de una relación monógama
Las relaciones abiertas están ganando terreno en la sociedad actual y cada vez son más las personas que se atreven a explorarlas. Sin embargo, para aquellos que han vivido previamente una relación exclusiva y monógama, adaptarse a esta nueva forma de relacionarse puede ser todo un reto. En este artículo profundizaremos en los aspectos más importantes a tener en cuenta para una buena adaptación a las relaciones abiertas después de una relación monógama.
La comunicación, clave en las relaciones abiertas
El primer y más importante aspecto a tener en cuenta en este tipo de relaciones es la comunicación. Es imprescindible hablar de manera abierta y sincera sobre aquello que nos hace sentir cómodos y lo que no, además de establecer límites y acuerdos claros desde el principio. Esto no solo servirá para evitar malentendidos y posibles conflictos, sino que también permitirá que la relación se mantenga saludable y satisfactoria para ambas partes.
Es importante mencionar que la comunicación no solo se trata de hablar, también implica escuchar. Debe haber un espacio para que ambas partes puedan expresar sus inquietudes y necesidades, pero también para comprender las del otro y actuar en consecuencia. La capacidad de escuchar y ponerse en el lugar del otro es fundamental para que los acuerdos sean justos y equitativos.
Aceptar la diversidad de relaciones y formas de amar
Otro aspecto importante en la adaptación a las relaciones abiertas es la aceptación de las diferentes formas de amar y de relacionarse con los demás. A menudo, las relaciones monógamas se basan en la idea de que solo se puede amar a una persona a la vez, lo que puede causar cierta confusión y conflicto al iniciar una relación abierta. Sin embargo, es esencial entender que cada persona es única y diversa, y que no existe una única forma de amar.
En una relación abierta, las personas tienen la libertad de explorar diferentes tipos de relaciones y formas de amar. Puede ser útil establecer las diferentes categorías de relaciones que pueden tener (como amigos con beneficios, relaciones sexuales sin compromiso, relaciones románticas, etc.) y acordar cómo actuar en cada caso.
Nunca comparar a las parejas
Otra cosa que es importante tener en cuenta en las relaciones abiertas es evitar la comparación entre las diferentes parejas. Cada relación es única y no es justo ni saludable compararlas. Es fundamental aceptar que el otro puede tener relaciones distintas a la nuestra y que esto no tiene por qué afectar la relación principal.
Por esta misma razón, las relaciones abiertas no son adecuadas para todas las personas, y es importante tener el valor de admitirlo si no funciona para nosotros. Si se siente que la relación abierta no es lo que se necesita, es mejor dar un paso atrás y replantear la situación.
Dedicar tiempo y energía a la relación principal
Por último, es importante dedicar energía y tiempo a la relación principal. A menudo, en una relación abierta pueden surgir sentimientos de celos o inseguridad, y es esencial mantener la conexión emocional y física con la pareja principal. Esto no significa descuidar otras relaciones, sino establecer medidas para que ninguna relación se desvíe del compromiso y la entrega mutua.
En conclusión, las relaciones abiertas pueden ser una alternativa interesante para aquellas personas que buscan una mayor libertad y diversidad en sus relaciones. Sin embargo, para aquellos que han vivido una relación monógama, la adaptación a esta nueva forma de conectar con los demás puede llevar tiempo y esfuerzo. La comunicación abierta y sincera, la aceptación de la diversidad y la dedicación a la relación principal son aspectos claves para una buena adaptación en este tipo de relaciones abiertas.